Hay que considerar que los niños no son adultos pequeños por lo que requieren cuidados especiales a la hora de la obtención de muestras para la realización de los diferentes análisis clínicos.

El procedimiento de extracción venosa es molesto y muchas veces dificultoso debido al temor que genera en los pacientes y sus padres. Esto requiere que al frente de esta tarea se encuentre un técnico extraccionista con experiencia en el manejo de esta situación con el fin de transmitir tranquilidad y obtener una muestra adecuada de manera rápida y segura.

Durante el crecimiento de los niños se generan grandes variaciones en los parámetros de laboratorio principalmente en los más pequeños y en la pubertad. Por esto en necesario el uso de valores de referencia y metodologías adaptadas en función de la edad. Un valor de referencia no adaptado a la edad y sexo del paciente puede generar interpretaciones erróneas de los resultados por parte del médico con una posible toma de conducta inadecuada y/o la solicitud de nuevos estudios.

El tiempo de respuesta del laboratorio reviste gran importancia para la toma de decisiones médicas ante situaciones clínicas variadas, que pueden implicar diferente grado de riesgo para la salud. Es por esto que un laboratorio pediátrico debe ser capaz de ofrecer respuestas rápidas acordes a cada situación en particular.

Es fundamental contar con profesionales bioquímicos con experiencia en pediatría a fin de asegurar la calidad de los resultados y proporcionar a los profesionales médicos un canal de consultas e intercambio, generando así un espacio para el trabajo interdisciplinario.